lunes, 20 de abril de 2015

la fabulosidad de ser mujer - perdonarse y olvidar



esta es un poco más difícil que las anteriores, pero bastante más satisfactoria.
no importa cuánto lo intentes (y estoy convencida de que lo intentarás todo), alguna vez, la vas a fastidiar. o no. pero vas a creer que lo has hecho, que no has llegado donde tenías que llegar, que no hiciste todo lo que podías, que la vida es injusta y tú la has hecho un poco peor. te sentirás culpable. y, seguramente, no hay nada que ni tú ni nadie podáis hacer para evitarlo. 
pero lo que sí puedes hacer, lo que creo que es sano, bueno y positivo es: perdonarte. 
y yo intento ponerlo en práctica cada vez con más frecuencia. 
perdonarse es difícil. muy difícil. mucho más que perdonar a los demás. porque todos necesitamos un cabeza de turco, y la persona más cercana para convertirse en ello somos… exacto, nosotros mismos.
pero lo cierto es que, cuando nos empeñamos en seguir resentidos contra nosotros mismos, no solo nos hacemos daño; además, nos impedimos crecer. nos encerramos en un pequeño purgatorio en el que todo lo que vemos son frustraciones. y una persona frustrada no es, digamos, lo más encantador que puedes echarte a la cara. lo cual solo consigue darnos una razón más para seguir en el mismo zulo de culpa. veis el círculo formarse, ¿no?

pues, bueno, localiza esa culpa tremenda que te tiene atrapada (que estamos ya en primavera y no es una estación para purgatorios), da un paso atrás y… perdónate. bien, no cumpliste todo lo que te proponías. acéptalo: eres humana. prométete que te seguirás esforzando, más si hace falta, para llegar la próxima vez. céntrate en lo que quieres lograr y olvida lo que no lograste (sea lo que sea), y da solo pasos hacia delante. cuenta tus victorias. piensa que, seguramente, si tu fallo lo hubiese tenido tu mejor amiga, lo habrías olvidado ya (seguro que, si hubiese matado a alguien, hasta le habrías ayudado a esconder el cadáver… y ¿qué puede haber peor?). deja la culpa y ábrete a vivir la vida más encantadora que puedas imaginar.

¡ah! y, si en el proceso ofendiste o dañaste a alguien, procura pedirle perdón. 

p.s. sé que estoy redactando estas entradas en femenino, pero es solo porque lo hago, sobre todo, para mí y yo, ya lo habréis notado antes, soy una nénette. eso no quiere decir, no obstante, que no piense que esto es válido también para vosotros, muchachos. 

(imagen).

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